El arte como un camino de resiliencia en Nudo Paramillo

Entrevista realizada a la directora Costanza Bruno

En el marco del conflicto armado colombiano, es indispensable analizar de manera diferenciada los efectos que ha tenido la guerra sobre la población civil. En este caso en el ámbito educativo de distintas zonas del país, niñas, niños y jóvenes no solo han debido abandonar sus lugares de origen por amenazas, o estar inmersos en situaciones de violencia, sino que también, han visto interrumpido su futuro al dejar sus estudios.

Por ello, es necesario buscar y analizar estrategias pedagógicas que permitan la posibilidad de inmersión de la infancia y adolescencia, al sistema educativo. La construcción de espacios que promuevan el arte y la cultura al mismo tiempo que permitan mitigar problemáticas de los estudiantes y de sus entornos, son iniciativas de vital importancia. 

En ese sentido, nace la Escuela de Arte Paramillo ubicada en la vereda Gallo, del departamento de Córdoba, Colombia, dirigida por la periodista y docente, Constanza Bruno; como un espacio de construcción y resignificación del conflicto armado colombiano y el abandono estatal que se ha evidenciado, con el propósito de instruir a niños, niñas, jóvenes y adultos a través del arte y la literatura en talleres de instrumentos musicales, narrativas orales, danza, teatro, artes plásticas, comunicaciones y deportes.

Así mismo, por medio de estas actividades, programas y especialmente al brindar escenarios de aprendizajes, la escuela de arte integra, reconoce y posiciona los talentos de los habitantes de la zona para estrechar lazos de hermandad, confianza y seguridad entre ellos; y aún más importante, refuerza el sentido de pertinencia del territorio a través de la transformación de su realidad social, el desarrollo sostenible y, la inclusión a la diversidad cultural.

¡Arte para Humanizar!

La escuela tiene un papel trascendental en un periodo de posconflicto, puesto que no solo es un reto el tratar de impartir conocimiento ante los desafíos que representa estar en una zona de transición en la que la semilla de paz aún no germina, sino que el reparar simbólicamente a las víctimas a partir de la construcción de memorias sobre la confrontación y aportar en la construcción de una cultura de paz, también representa un desafío.

Por lo tanto, abarcar un escenario educativo en una zona de conflicto, implica entender dinámicas propias de la guerra en Colombia, la cual no puede ser vista de manera simplista como el resultado de una confrontación entre grupos armados ilegales y las fuerzas del Estado, sino que involucra además, distintos factores entre los cuales está el reconocer los espacios de enseñanza como lugares de construcción de paz, donde no es posible asumir posturas neutrales, sino que por el contrario, se genera una perspectiva que permite interpretar el contexto con una visión transformadora. 

De manera que, la escuela en escenarios de conflicto y posconflicto promueve la tarea fundamental de trabajar porque se sensibilice a una sociedad en el marco de la verdad, la justicia y la reparación. La labor de la escuela de arte va de la mano con la formación de sujetos de derechos, muy especialmente una educación que promueve el empoderamiento individual y colectivo, sobre todo de los grupos sociales desfavorecidos o discriminados.

Expresiones culturales con el grupo de danza de la Escuela de Arte Paramillo.
Fotografía: Constanza Bruno. 

En consecuencia, es importante resaltar que la implementación de este tipo de proyectos sociales y educativos enriquecen a la comunidad intervenida, ya que se fortalece la construcción de saberes pedagógicos a partir de la práctica reflexiva; los procesos de aprendizajes continuos tanto individuales como colectivos; la participación de experiencias significativas; la transformación de entornos protectores a través de encuentros culturales, deportivos y artísticos en las zonas afectadas por el conflicto armado de Colombia; y además, el acompañamiento y vinculación de entidades gubernamentales y/o privadas que posibilitan desarrollar programas y proyectos en beneficio de la niñez, juventud y adultez.

Así pues, la gestión de proyectos con una perspectiva de construcción de paz implica una nueva manera de observar la dinámica social donde surgen los conflictos, es decir, un estudio detallado sobre las acciones y realidades propias del territorio; por esto, reconocemos el trabajo realizado por la Escuela de Arte Paramillo, donde la defensa de los derechos humanos, el fortalecimiento de los lazos de convivencia, la formación ciudadana y el emprendimiento comunitario, son los caminos de resiliencia que han recorrido junto a la comunidad.

Autoras: Angélica González y Ximena Olarte.

Comunicadoras Sociales y Periodistas.

Palabras claves: Conflicto armado, posconflicto, construcción de paz, arte, cultura, educación.

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